martes, 12 de agosto de 2014

Nombres.

Me encontré con esto que escribí. Hace mucho que no escribía una cosa de estas.
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Nombres.

Virtud de la diosa vaciada en sus hijas. Cada una distinta y a la vez parte de ese lugar de donde los sueños provienen.
Tu nombre recordado por aquellos que en vida te conocieron y te amaron.
Las sombras de tus actos en vida. La luz de tus actos en vida. Las cicatrices que quedad en aquellos que te amaron y se aferran a ti y las cicatrices de aquellos a quienes hiciste daño.
Tu sombra te persigue. Tu luz te persigue y me pregunto que y quien me recordará el día que me embarque con Caronte para no volver a estas tierras.
En tu jornada te deseo paz, una paz que no supimos darnos en vida. ¿Que es lo que queda? Culpas y recuerdos. Recuerdos y esperanza. Esperanza y remordimiento. Remordimiento y alegrias. Una mezcla tan vasta y tan confusa.
La diosa te llama de regreso a sus tierras, de regreso al flujo de la vida y poniendo a prueba tu vida por la cual ya no podrás hacer nada más que lo que ya has hecho.
Este vacio que queda es aquel que queda despues de ver a alguien pelear por algo que al final ha de perder, que todos hemos de perder y por lo que sin duda alguna vale la pena pelear.
Sin saber quienes somos y que seremos caminamos por estas tierras para encontrarnos y despues perdernos. Eso es lo que nos espera a todos. ¿Quién llorará tu muerte? ¿Quién llorará mi muerte? ¿Quién llorará la muerte de cada uno de nosotros? Cuando eso suceda no estaremos aqui para saberlo.